miércoles, 7 de octubre de 2009

APARECIDA NOS HABLA III

AMERICA,OBISPOSLa iglesia a través de sus obispos en América latina nos invita a participar y ser ejes de esta gran misión continental que la podremos vivir en 4 diferentes tiempos.
• El año 2009 será tiempo de preparación, y tiempo para analizar nuestra realidad de forma conjunta, hermanados ,en familia es decir en KOINONIA.
• EL 2010 será tiempo de vivir de manera más intensa el SERVICIO a Dios y a su pueblo; es decir ordenar la casa.
• El 2011 nos dedicaremos a vivir de una manera más intensa la proclamación de la buena nueva de Cristo que es el mismo ayer, hoy y siempre. En pocas palabras será un tiempo de vivir intensamente la EVANGELIZACIÓN.
• El 2012 daremos gracias a Dios de manera especial por este tiempo que nos brinda de reflexión y de rejuvenecimiento. será un tiempo dedicado a la ORACIÓN.

JUZGAR

El conocer a Cristo implicará pues el gozo de conocerse a si mismo, un conocer al hermano y un conocer el amor de Dios que esta dispuesto a darlo todo por nuestra salvación.
El seguir a cristo implicará la gracia de cargar con nuestra cruz…pero no solo eso que de por si ya es difícil; sino que también implica, ayudar al otro a cargar con la suya, comprometernos con el hermano y a partir de este con nuestra sociedad tan falta de personas que se comprometan a vivir los valores cristianos. Teniendo siempre presente que Dios esta con nosotros y no nos abandona nunca.
El transmitir a cristo pues implica un placer, pues quien lo llega a conocer de verdad se enamora de Él y no puede dejar de contar lo que siente y lleva dentro del corazón y si lo hace con sinceridad lo transmite no solo a los oídos sino al corazón de los demás hermanos….eso es evangelizar.

Si se conoce a Cristo, se le sigue y se le transmite ya estamos haciendo que crezca el pueblo de Dios; es decir , estamos haciendo Iglesia. Porque la Iglesia no crece por proselitismo o publicidad sino que la Iglesia crece por atracción ell amor es la mayor fuerza de Atracción que existe en el mundo.
Y una Iglesia que vive en COMUN – UNIÓN cada día vivirá en KOINONIA ; es decir en COMUNIÓN.

sábado, 26 de septiembre de 2009

HOY ES UN DIA ESPECIAL

La verdad el tener un hijo te cambia la vida ....hoyu quiero compartir con ustedes mis reflexiones de lo que em sucedio hace tres años....Dios permitio que en mi vida pase un año super díficil el 2006...pero me dió la alregria de poder estar al lado de mi señora en todo el proceso de gestación de mi hija ...ESTHER GUADALUPE...ESTHER por LA MUJER MAS IMPORTANTE EN MI VIDA "MI MADRE" y tambien por la mujer que le dió la victaria al pueblo de Dios ...y GUADALUPE por mi MADRE ESPIRITUAL a quien le tengo una gran devoción y me ayudado en los peores momentos de mi vida y a la cual - como suele pasarle a los hijos ingratos -aveces olvido.
Desde el dìa que tuve a mi hija en brazos...desde la primera vez que la ví en la encubadora ME ENAMORE DE ELLA...y mi vida tuvo NUEVO SENTIDO hoy ya hace tres años que nació y cada día la amo más ELLA ES MI ADORACIÓN...y aunque tengo un bebe al que amo mucho(MANUEL ALEJANDRO) EL NACIMIENTO DEL PRIMER HIJO ...SIEMPRE MARCA a ella le quiero dedicar esta canción de Luis Enrique Ascoy....disfrutenla...y les pido eleven una oración por mi pequeña en este dia tan especial.

APARECIDA NOS HABLA II

VER (I)

Aparecida nos lanza el reto de la misión continental, puesto que nuestra realidad es distinta a la realidad de los jóvenes a cualquier otra parte del mundo. Así la realidad del joven es distinta a la realidad de cualquier otra persona de edad distinta y a este joven – que somos tu y yo- Jesús le sigue diciendo “ven sígueme” (Mc.10, 21). Pero no es un “ven sígueme” cualquiera es un “ven sigue”, pero antes toma tu Cruz...


Y desde ese seguir a cristo, desde el ser discípulo misionero de Cristo nos enfrentamos a una cruda pero clara realidad que continuamente aqueja a la juventud:

· hoy contemplamos un panorama nada alentador en las familias, en los colegios, en el gobierno e incluso en la religión.

· No encontramos fácilmente ejemplo de vida entre los mayores. El lenguaje, el pensamiento y el estilo de vida que llevan muchos jóvenes resulta hueco e incomprensible.

· Se brindan muchas carreras y vocaciones, pero luego descubrimos que son sólo para unos cuantos.

· Nos es fácil dejarnos atrapar por modelos de vida fáciles y cómodos.

· Las exigencias y los compromisos de vida a largo plazo resultan poco atractivos, vacíos y no llenan nuestras expectativas.

· Muchos se muestran apáticos o indiferentes hacia el bien común, conformistas en su desarrollo humano y truncan nuestros proyectos en busca de algo mejor.

· Nos encontramos constantemente asediados por el fenómeno de las drogas, del alcohol y el dinero fácil, muchos de nuestros amigos y conocidos ven frustrada su vida a muy temprana edad por estos motivos y/o por un embarazo precoz.

· Es preocupante también ver en la actualidad que se vuelve en algo normal y de cada día el suicidio, la violencia y la cultura de muerte.

· En otros casos después de mucha inversión de tiempo y de dinero, muchos de jóvenes se suman a las filas del desempleo al término de sus estudios; y no por mediocridad y dejadez, sino por falta de oportunidades en esta sociedad.

· Muchas veces no encontramos el acompañamiento adecuado ni en la Iglesia, ni en el colegio, ni en nuestras familias, ni en la sociedad.



Ante todo esto Dios nos recuerda que no estamos solos; que así como el joven David ante el desafio que el mismo le puso nos acompaña (1 Sam. 16-17) y nos da las armas suficientes para cumplir con nuestra Misión, aunque nos parezcan insignificantes son las suficientes para lograr el objetivo.

miércoles, 23 de septiembre de 2009

APARECIDA NOS HABLA

Introducción

La Conferencia Episcopal Latinoamericana de Aparecida nos abre los ojos al mundo actual y nos muestra como este mundo esta sufriendo de un gran vacío, vacío en el alma y el corazón de las personas que no se han dejado llenar de Cristo o que se encuentran en un enfriamiento de la fe; han dejado apagar el fuego del gozo de sabernos amados por Dios.

El espíritu de la conferencia de APARECIDA nos invita a ser discípulos misioneros de Cristo; es decir, portadores de Cristo, para, lo cual debemos dejarnos transformar por Él, recordar Los cristianos somos portadores de buenas noticias para la humanidad. Los jóvenes debemos dejarnos tocar por Jesús, aprender a ser a su modo…entonces el reto no esta tanto en que hacer; sino dejar que el haga en nosotros.

Es por eso que los jóvenes debemos preguntarnos ahora: ¿Cómo le voy a hacer para que Jesús entre a mi vida y enamorarme de Él? ¿Cómo le vamos a hacer para vencer el miedo?...si el miedo…el miedo a decir la verdad, el miedo a hablarle a los demás de ese Cristo que un día encontré o de aquel que aún estoy buscando…. Pero que se me va revelando en los hermanos.


Pero en esta gran misión no estamos solo…Dios nos recuerda que somos parte de una familia, la familia de sus hijos; por tanto debemos abrir grande nuestro corazón, porque la familia de Dios es muy grande y quiere todavía que le ayudemos a hacerla crecer… nuestra respuesta a la vocación misionera consiste no tanto en lo que tenemos que hacer, sino en lo que tenemos que llegar a ser: hombres y mujeres que desarrollen un estilo de vida fundado en el amor de Dios padre. Esta respuesta a la vocación misionera la damos en la Iglesia. Nos damos cuenta que estamos unos en compañía de otros en este camino constante de aprendizaje del Evangelio y que como los primeros apóstoles nos necesitamos unos a otros, nos ayudamos en la misión que se nos encomienda y compartimos el mismo CRISTO.

Nunca debemos desanimarnos ni pensar que estamos solos….Dios va con nosotros como iba con el pueblo Judío en el desierto, nuestros pasos los hace suyos y nosotros debemos hacer nuestros sus pasos.


Tan solo debemos escuchar nuestros corazones y dejarlos latir uno al lado de otro y todos al lado del corazón misericordioso de Jesús. Hay que escuchar El corazón de Cristo que late en cada joven deseando abrazar sus ilusiones y esperanzas, sus angustias y tristezas, y que desea encontrarse con cada uno diciéndole que le ama, escuchar el llamado divino a SER UNO COMO EL PADRE ES UNO CON CRISTO (Juan 17:21-23).

DIOS NOS AMO DESDE ANTES QUE NADIE NOS HALLA AMADO

DIOS ES LA RAZON DE NUESTRA DIGNIDAD...Y MOTOR Y MOTIVO DE NUESTRA LUCHA DIARIA...NUNCA OLVIDEMOS QUE DIOS NOS AMA

VIVO POR ELLA ...HOMENAJE A MIS AMIGOS PROFESORES DE BANDA Y PARA AQUELLOS QUE VIVEN DE VERAS SU VOCACIÒN

LA CITA

EL SENTIDO DE LA VIDA SE HACE MAÀS EVIDENTE CUANDO TIENES EN CUENTA QUE DIOS ES TU PADRE

viernes, 28 de agosto de 2009

¿QUE ES EL EXITO?



1.-¿QUE RELACION TIENE EL EXITO ENTRE EL EXITO Y EL DINERO?
2.-¿QUE ES LO QUE DESEAS EN LA VIDA? (PERSONAL)
3.-¿QUE RELACION HAY ENTRE EXITO Y SUEÑO?
4.-¿QUE ES EL PRINCIPAL REQUISITO PARA LOGRAR EL EXITO?



viernes, 15 de mayo de 2009

lunes, 11 de mayo de 2009

martes, 31 de marzo de 2009

PREGON PASCUAL



El Exultet llamado también pregón pascual, es uno de los más antiguos himnos de la tradición litúrgica romana. Existen testimonios de su existencia desde fines del siglo IV. Se canta integralmente la noche de Pascua en la Solemnidad de la Vigilia Pascual, por un diácono o por un cantante. Con este himno el declamador invita la Iglesia entera a exaltar y alegrarse por el cumplimiento del misterio pascual, recorriendo en el canto los prodigios cumplidos en la historia de la salvación.

También existe la versión del rito ambrosiano, compuesta presuntamente alrededor del V - VI siglo, incluso si se tienen solamente fuentes certeras solo del siglo XI.

El Exultet venía escrito sobre un largo rollo que llevaba el texto en sentido y las imágenes en el sentido contrario, de modo que, mientras el diácono-cantante narraba el contenido y entonces corría el pergamino del púlpito, los fieles pudiesen seguir la historia mirando las


Exulten por fin los coros de los ángeles,
exulten las jerarquías del cielo,
y por la victoria de Rey tan poderoso
que las trompetas anuncien la salvación.

Goce también la tierra,
inundada de tanta claridad,
y que, radiante con el fulgor del Rey eterno,
se sienta libre de la tiniebla
que cubría el orbe entero.

Alégrese también nuestra madre la Iglesia,
revestida de luz tan brillante;
resuene este templo con las aclamaciones del pueblo.

En verdad es justo y necesario
aclamar con nuestras voces
y con todo el afecto del corazón
a Dios invisible, el Padre todopoderoso,
y a su único Hijo, nuestro Señor Jesucristo.

Porque él ha pagado por nosotros al eterno Padre
la deuda de Adán
y, derramando su sangre,
canceló el recibo del antiguo pecado.

Porque éstas son las fiestas de Pascua,
en las que se inmola el verdadero Cordero,
cuya sangre consagra las puertas de los fieles.

Ésta es la noche
en que sacaste de Egipto
a los israelitas, nuestros padres,
y los hiciste pasar a pie el mar Rojo.

Ésta es la noche
en que la columna de fuego
esclareció las tinieblas del pecado.

Ésta es la noche
en que, por toda la tierra,
los que confiesan su fe en Cristo
son arrancados de los vicios del mundo
y de la oscuridad del pecado,
son restituidos a la gracia
y son agregados a los santos.

Ésta es la noche
en que, rotas las cadenas de la muerte,
Cristo asciende victorioso del abismo.
¿De qué nos serviría haber nacido
si no hubiéramos sido rescatados?

¡Qué asombroso beneficio de tu amor por nosotros!
¡Qué incomparable ternura y caridad!
¡Para rescatar al esclavo, entregaste al Hijo!

Necesario fue el pecado de Adán,
que ha sido borrado por la muerte de Cristo.
¡Feliz la culpa que mereció tal Redentor!

¡Qué noche tan dichosa!
Sólo ella conoció el momento
en que Cristo resucitó de entre los muertos.

Ésta es la noche
de la que estaba escrito:
«Será la noche clara como el día,
la noche iluminada por mí gozo.»

Y así, esta noche santa
ahuyenta los pecados,
lava las culpas,
devuelve la inocencia a los caídos,
la alegría a los tristes,
expulsa el odio,
trae la concordia,
doblega a los poderosos.

En esta noche de gracia,
acepta, Padre santo,
este sacrificio vespertino de alabanza
que la santa Iglesia te ofrece
por rnedio de sus ministros
en la solemne ofrenda de este cirio,
hecho con cera de abejas.

Sabernos ya lo que anuncia esta columna de fuego,
ardiendo en llama viva para gloria de Dios.
Y aunque distribuye su luz,
no mengua al repartirla,
porque se alimenta de esta cera fundida,
que elaboró la abeja fecunda
para hacer esta lámpara preciosa.

¡Que noche tan dichosa
en que se une el cielo con la tierra,
lo humano y lo divino!

Te rogarnos, Señor, que este cirio,
consagrado a tu nombre,
arda sin apagarse
para destruir la oscuridad de esta noche,
y, como ofrenda agradable,
se asocie a las lumbreras del cielo.
Que el lucero matinal lo encuentre ardiendo,
ese lucero que no conoce ocaso
y es Cristo, tu Hijo resucitado,
que, al salir del sepulcro,
brilla sereno para el linaje humano,
y vive y reina glorioso
por los siglos de los siglos.
Amén.

LA PASCUA

La pascua (←páscae(latín)←πάσχα(griego)← פסח [pésaj](hebreo), 'paso' )? es un término religioso para designar a la máxima celebración judía y cristiana.

PASCUA JUDIA

Los judíos celebran la Pascua (pésaj), para conmemorar su escape del cautiverio de manos de los egipcios (aproximadamente en 1250 a. C.).

El pésaj judío se origina en la historia contada en la Torá, en la que Yahvé mató a todos los primogénitos de los egipcios. Esta era la última de las plagas enviadas por Dios en contra del Faraón de Egipto y su pueblo por su negativa de liberar a los hijos de Israel. Dios ordenó a Moisés, líder de los hebreos, lo siguiente:

Escogerán un corderito [...], tomarán su sangre para untar los postes y la parte superior de sus puertas. Lo comerán todo asado, con su cabeza y sus entrañas, con panes sin levadura. [...] Yo recorreré Egipto y daré muerte a todos los primogénitos de los egipcios y de sus animales. [...] Al ver la sangre del cordero pasaré de largo de vuestras casas.

Éxodo 12.5-14

El paso del mar Rojo
La pascua se relaciona también con el «paso» del Mar Rojo, que según la Biblia sucedió inmediatamente después de la salida de los esclavos judíos de Egipto:

Seiscientos mil hombres a pie, sin contar los niños. También salió con ellos una inmensa muchedumbre de gente de toda clase, y grandes rebaños de ovejas y vacas.

Éxodo 14.5-30
Luego de esto se debe celebrar la fiesta de los primeros frutos de la cosecha, en este caso de la cebada y cincuenta días más tarde (7 semanas) del trigo, dando origen a Shavuot (‘semanas’).




PASCUA CRISTIANA

La Pascua de Resurrección es la celebración cristiana que conmemora la resurrección de Jesucristo.

La fecha de celebración varía entre el 22 de marzo y el 25 de abril, ya que tiene lugar el domingo siguiente a la primera luna llena de primavera del hemisferio norte. Existe una fórmula que permite el cálculo de la fecha de Pascua. Sin embargo, debido a la diferencia de calendarios usados por la Iglesia Católica (calendario gregoriano) y las Iglesias Orientales (calendario juliano), la fecha de Pascua varía para cada Iglesia, y solo en algunas ocasiones logran coincidir, tal y como se aprecia en la tabla.

Los primeros cristianos —que eran judíos— celebraban la Pascua de Resurrección a la par cronológica que la Pascua judía. Pero desde el Concilio de Nicea los cristianos separaron la celebración de la Pascua judía de la cristiana, quitándole los elementos hebreos. Pero dejaron el carácter móvil de la fiesta recordando que Cristo resucitó en la Pascua hebrea. Hoy día la Iglesia Católica mantiene el carácter móvil de la fecha de Pascua, pero trata de no hacerla coincidir con el Pésaj judío.

Esta fiesta determina el calendario móvil de otras fiestas: así la Ascensión (el ascenso de Jesús al cielo) se celebra 40 días después y Pentecostés 10 días después de la Ascensión. La semana anterior a la Pascua de Resurrección es la Semana Santa, que comienza con el Domingo de Ramos (que conmemora la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén). La Octava de Pascua (popularmente conocida como "semana de Pascua") es la semana que sucede a este Domingo de Pascua (o Domingo de Resurrección). El tiempo pascual o tiempo de Pascua designa, en la liturgia católica, las semanas que van desde el Domingo de Resurección hasta el de Pentecostés.


TRIDUO PASCUAL

Los días más importantes de la Semana Santa son los formados por el llamado Triduo Pascual: Jueves Santo, Viernes Santo, en el que se conmemora la muerte de Cristo y Sábado Santo, en el que se conmemora a Cristo en el sepulcro. También es importante la vísperas del Viernes, el Jueves Santo, día en el que la Iglesia católica conmemora la institución de la Eucaristía, en los oficios de ese día se reserva el Santísimo Sacramento en un lugar que se prepara en la iglesia, llamado monumento, hasta el oficio del día siguiente, permitiendo a los Fieles la Adoración personal o comunitaria al Santísimo Sacramento durante un breve momento o toda la noche, según las posibilidades de cada lugar.

La palabra triduo en la práctica devocional católica sugiere la idea de preparación. A veces nos preparamos para la fiesta de un santo con tres días de oración en su honor, o bien pedimos una gracia especial mediante un triduo de plegarias de intercesión.


El triduo pascual se consideraba como tres días de preparación a la fiesta de pascua; comprendía el jueves, el viernes y el sábado de la semana santa. Era un triduo de la pasión.

En el nuevo calendario y en las normas litúrgicas para la semana santa, el enfoque es diferente. El triduo se presenta no como un tiempo de preparación, sino como una sola cosa con la pascua. Es un triduo de la pasión y resurrección, que abarca la totalidad del misterio pascual. Así se expresa en el calendario:

Cristo redimió al género humano y dio perfecta gloria a Dios principalmente a través de su misterio pascual: muriendo destruyó la muerte y resucitando restauró la vida. El triduo pascual de la pasión y resurrección de Cristo es, por tanto, la culminación de todo el año litúrgico.

Luego establece la duración exacta del triduo:

El triduo comienza con la misa vespertina de la cena del Señor, alcanza su cima en la vigilia pascual y se cierra con las vísperas del domingo de pascua.



Esta unificación de la celebración pascual es más acorde con el espíritu del Nuevo Testamento y con la tradición cristiana primitiva. El mismo Cristo, cuando aludía a su pasión y muerte, nunca las disociaba de su resurrección. En el evangelio del miércoles de la segunda semana de cuaresma (Mt 20,17-28) habla de ellas en conjunto: "Lo condenarán a muerte y lo entregarán a los gentiles para que se burlen de él, lo azoten y lo crucifiquen, y al tercer día resucitará".

Es significativo que los padres de la Iglesia, tanto san Ambrosio como san Agustín, conciban el triduo pascual como un todo que incluye el sufrimiento de Jesús y también su glorificación. El obispo de Milán, en uno de sus escritos, se refiere a los tres santos días (triduum illud sacrum) como a los tres días en los cuales sufrió, estuvo en la tumba y resucitó, los tres días a los que se refirió cuando dijo: "Destruid este templo y en tres días lo reedificaré". San Agustín, en una de sus cartas, se refiere a ellos como "los tres sacratísimos días de la crucifixión, sepultura y resurrección de Cristo".

Esos tres días, que comienzan con la misa vespertina del jueves santo y concluyen con la oración de vísperas del domingo de pascua, forman una unidad, y como tal deben ser considerados. Por consiguiente, la pascua cristiana consiste esencialmente en una celebración de tres días, que comprende las partes sombrías y las facetas brillantes del misterio salvífico de Cristo. Las diferentes fases del misterio pascual se extienden a lo largo de los tres días como en un tríptico: cada uno de los tres cuadros ilustra una parte de la escena; juntos forman un todo. Cada cuadro es en sí completo, pero debe ser visto en relación con los otros dos.
Interesa saber que tanto el viernes como el sábado santo, oficialmente, no forman parte de la cuaresma. Según el nuevo calendario, la cuaresma comienza el miércoles de ceniza y concluye el jueves santo, excluyendo la misa de la cena del Señor 1. El viernes y el sábado de la semana santa no son los últimos dos días de cuaresma, sino los primeros dos días del "sagrado triduo".

SEMANA SANTA

Sabemos bien que durante la Semana Santa, la Iglesia celebra los misterios de la reconciliación, realizados por el Señor Jesús en los últimos días de su vida, comenzando por su entrada mesiánica en Jerusalén.



El tiempo de Cuaresma continúa hasta el día jueves de la Semana Santa. La Misa Vespertina de la Cena del Señor es la gran introducción al santo Triduo Pascual. El Triduo Pascual comienza con el Viernes de la Pasión, prosigue con el Sábado Santo, tiene su culmen en la Vigilia Pascual y acaba con las Vísperas del domingo de la Resurrección.



Es importante recordar que «las ferias de Semana Santa, desde el lunes hasta el jueves inclusive, tienen preferencia sobre cualquier otra celebración» y por tanto en estos días no deben administrarse los sacramentos del Bautismo y de la Confirmación. Más bien sí es importante que en estos días se ofrezcan en todas las parroquias, capellanías, colegios, hospitales y centros de evangelización, horarios amplios para facilitar a los fieles cristianos el acceso al Sacramento de la Reconciliación como preparación espiritual para acompañar al Señor Jesús en la entrega de Sí mismo por nosotros. Es muy conveniente que el tiempo de la Cuaresma termine con alguna celebración penitencial que prepare a una más plena participación en el misterio pascual.

La Semana Santa es la conmemoración anual en que el calendario cristiano conmemora la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús de Nazaret. Por ello, es un período de intensa actividad litúrgica dentro de las diversas confesiones cristianas. Da comienzo el Domingo de Ramos y finaliza el Sábado Santo, aunque su celebración suele iniciarse en varios lugares el viernes anterior (Viernes de Dolores) y se considera parte de la misma el Domingo de Resurrección.

Va precedida por la Cuaresma, que culmina en la Semana de Pasión y da paso a un nuevo período litúrgico, la Pascua.

La Semana Santa cuenta con celebraciones propias que recuerdan la institución de la eucaristía en el Jueves Santo, la Crucifixión de Jesús y su Muerte el Viernes Santo.

Su Resurrección en la Vigilia Pascual en la noche del Sábado Santo al Domingo de Resurrección.

Durante la Semana Santa tienen lugar numerosas muestras de religiosidad popular a lo largo de todo el mundo, destacando las procesiones y las representaciones de la Pasión.




miércoles, 25 de marzo de 2009

EL VALOR DE LAS COSAS




El dueño de una pequeña finca, amigo del gran poeta Olavo Bilac, lo encontró cierto dia en la calle y le dijo:

- Sr. Bilac, estoy necesitando vender mi propiedad, que Ud. tan bien conoce. ¿Podría redactar el aviso para el diario?

Olavo Bilac tomó lápiz y papel y escribió:

“Se vende encantadora propiedad, donde cantan los pájaros al amanecer en las extensas arboledas, rodeado por las cristalinas aguas de un lindo riachuelo. La casa, bañada por el sol naciente, ofrece la sombra tranquila de las tardes en la varanda.”



Algunos meses después, el poeta se encontró con el comerciante y le preguntó si ya había vendido el lugar.

- No pensé más en eso, dijo el hombre. ¡Después de que leí el aviso que usted me escribió, me dí cuenta de la maravilla que tenía!

A veces, no nos damos cuenta de las cosas buenas que tenemos y vamos tras falsos tesoros. Debemos valorar lo que tenemos y que nos fué dado gratuitamente por “Dios” : la familia, la sonrisa de los hijos y el amor del cónyuge, los amigos, el empleo, el conocimiento que adquirimos, la salud. Estos sí, son verdaderos tesoros.

lunes, 23 de marzo de 2009

MONSEÑOR ROMERO


Óscar Arnulfo Romero y Galdámez (* Ciudad Barrios, El Salvador; 15 de agosto de 1917 – † San Salvador, (Id.), 24 de marzo de 1980) conocido como Monseñor Romero,[1] fue un sacerdote católico salvadoreño, cuarto arzobispo metropolitano de San Salvador (1977-1980). Se volvió célebre por su predicación en defensa de los derechos humanos y murió asesinado en el ejercicio de su ministerio pastoral.



Como arzobispo, denunció en sus homilías dominicales numerosas violaciones de los derechos humanos y manifestó públicamente su solidaridad hacia las víctimas de la violencia política de su país. Su asesinato provocó la protesta internacional en demanda del respeto a los derechos humanos en El Salvador. Dentro de la Iglesia Católica se le consideró un obispo que defendía la "opción preferencial por los pobres". En una de sus homilías, Monseñor Romero afirmó: "La misión de la Iglesia es identificarse con los pobres, así la Iglesia encuentra su salvación." (11 de noviembre de 1977)



En 1994, una causa para su canonización fue abierta por su sucesor Arturo Rivera y Damas; Monseñor Romero recibió el título de Siervo de Dios. El proceso de canonización continúa. En Latinoamérica muchos se refieren a él como San Romero de América por la religiosidad popular. Romero es honrado por otras denominaciones religiosas de la cristiandad, incluyendo a la Comunión Anglicana. Él es uno de los diez mártires del siglo XX representados en las estatuas de la abadía de Westminster, en Londres.

AQUI LA ULTIMA HOMILIA DE MONSEÑOR ROMERO ANTES DE SU MUERTE



Y SU FUNERAL

LA IGLESIA - NOTAS


La acepción más frecuente de la palabra iglesia (←ecclesia(latín)← ἐκκλησία [ekklēsía](griego), 'asamblea convocación' )? está referida al conjunto o congregación de los fieles cristianos, ya sea de modo total o particular.

De acuerdo al Catecismo de la Iglesia, esta es Una, Santa, Católica y Apostólica. Estos cuatro atributos, inseparablemente unidos entre sí, indican rasgos esenciales de la Iglesia y de su misión. (CIC, 811).

Los católicos profesamos nuestra fe en los cuatro atributos de la Iglesia a través del Credo de los Apóstoles y del Credo de Nicea-Constantinopla, por lo que se las tiene como Artículo o Dogma de Fe.

Los cuatro atributos de la Iglesia son:



Unidad: La Iglesia es una debido a su origen, Dios mismo. Dios es uno. Es una debido a su Fundador, Cristo. El apóstol San Pablo, en su 1º Carta a los Corintios, hace referencia a la Iglesia como Cuerpo de Cristo. "Las partes del cuerpo son muchas, pero el cuerpo es uno; por muchas que sean las partes, todas forman un solo cuerpo" (1º Co. 12, 12). En otra carta, también Pablo enseña sobre este atributo: "Mantengan entre ustedes lazos de paz y permanezcan unidos en el mismo espíritu. Un solo cuerpo y un mismo espíritu, pues ustedes han sido llamados a una misma vocación y una misma esperanza. Un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo, un solo Dios y Padre de todos, que está por encima de todos, que actúa por todos y está en todos." (Ef. 4, 3-6).Cristo mismo enseña y ruega por esta unidad característica de la Iglesia fundada por Él: "Que todos sean uno, como tú, Padre, estas en mí y yo en ti. Que ellos también sean uno en nosotros, para que el mundo crea que tú me has enviado". (Jn. 17, 20-21).



Santidad: la Iglesia, a pesar de los fallos y faltas de cada uno de los creyentes que aún peregrinan en la Tierra, es en sí misma santa pues Santo es su fundador y santos son sus fines y objetivos. Asimismo, es santa mediante sus fieles, ya que ellos realizan una acción santificadora. En la Iglesia Católica es quien contiene la plenitud total de los medios de salvación, y en donde se consigue la Santidad por la gracia de Dios. Es Santa porque sus miembros están llamados a ser santos.



Catolicidad: con el significado de "universal" la Iglesia es católica en cuanto busca anunciar la Buena Nueva y recibir en su seno a todos los seres humanos, de todo tiempo y en todo lugar; dondequiera que se encuentre uno de sus miembros, allí está presente la Iglesia. y también, como lo señala el Catecismo de la Iglesia Católica, es católica porque Cristo está presente en ella, lo que implica que la Iglesia recibe de Él la plenitud de los medios de salvación.



Apostolicidad: la Iglesia fue fundada por Cristo sobre el fundamento de Pedro, Cabeza de los Apóstoles, y constituyendo en autoridad y poder a todo el Colegio Apostólico; Pedro y los demás Apóstoles tienen en el Papa y los Obispos a sus sucesores, que ejercen la misma autoridad y el mismo poder que en su día ejercieron los primeros, proveniente directamente de Cristo. También es apostólica porque guarda y transmite las enseñanzas oídas a los apóstoles.

Por lo tanto, la Iglesia católica es la heredera de la tradición y la doctrina de la iglesia primitiva fundada por Jesucristo y, por lo tanto, como la única representante legítima de Cristo en la tierra, mediante la figura de los obispos, sucesores sin interrupción (siempre según esta creencia) de los apóstoles, y herederos, por lo tanto, del mandato de Jesús de cuidar de su Iglesia (en el evangelio según Juan 21:17, Jesús le dice a Pedro "Apacienta a mis ovejas"). De allí el lema "Donde está Pedro está la Iglesia" (Ubi Petrus ibi ecclesia).

MAGISTERIO DE LA IGLESIA


El magisterio de la Iglesia (latín Magisterium Ecclesiae) es la expresión con que la Iglesia Católica se refiere a la función y autoridad de enseñar que tienen el Papa (Magisterio Pontificio) y los obispos que están en comunión con él.

Dice el Catecismo de la Iglesia Católica: "El oficio de interpretar auténticamente la palabra de Dios, oral o escritura (sic), ha sido encomendado sólo al Magisterio vivo de la Iglesia, el cual lo ejercita en nombre de Jesucristo" (DV 10), es decir, a los obispos en comunión con el sucesor de Pedro, el obispo de Roma. (Parte 1ª, Secc. 1ª, cap. 2, art. 2, III)


Dentro del Magisterio Eclesiástico se distinguen el Magisterio Solemne (o extraordinario) y el Magisterio Ordinario. Según la doctrina católica, el primero es infalible (no puede contener error) e incluye las enseñanzas infalibles de los papas y de los concilios y el llamado Magisterio Ordinario y Universal. Lo contenido en el Magisterio Sagrado es irrevocable, es decir, no puede contradecirse ni aún por el Papa o los concilios, quedando fijado para siempre.

El Magisterio Ordinario consiste en las enseñanzas no infalibles de los papas y los concilios, las de los obispos y las conferencias episcopales, y aunque el fiel católico debe creerlo y proclamarlo, cabe que decisiones ulteriores del Magisterio alteren o contradigan su contenido anterior. Dice el Código de Derecho Canónico: Se ha de creer con fe divina y católica todo aquello que se contiene en la palabra de Dios escrita o transmitida por tradición, es decir, en el único depósito de la fe encomendado a la Iglesia, y que además es propuesto como revelado por Dios, ya sea por el magisterio solemne de la Iglesia, ya por su magisterio ordinario y universal, que se manifiesta en la común adhesión de los fieles bajo la guía del sagrado magisterio; por tanto, todos están obligados a evitar cualquier doctrina contraria. (Canon 750, libro III)


La obligación del fiel católico es creer y defender activamente todo lo que enseña el Magisterio Eclesiástico Sagrado, «con la plenitud de su fe», y también lo que enseña el Magisterio Ordinario, pero con un grado menor. Puede leerse en los Ejercicios espirituales de Ignacio de Loyola, fundador de la Compañía de Jesús (jesuitas): Debemos siempre tener para en todo acertar, que lo blanco que yo veo, creer que es negro, si la Iglesia jerárquica así lo determina, creyendo que entre Cristo nuestro Señor, esposo, y la Iglesia su esposa, es el mismo espíritu que nos gobierna y rige para la salud de nuestras ánimas, porque por el mismo Espíritu y Señor nuestro, que dio los diez Mandamientos, es regida y gobernada nuestra Santa Madre Iglesia.

SAN PEDRO EL PRIMER PAPA





NO ME MUEVE, MI DIOS , PARA QUERERTE


No me mueve, mi Dios, para quererte
el cielo que me tienes prometido,
ni me mueve el infierno tan temido
para dejar por eso de ofenderte.


Tú me mueves, Señor, muéveme el verte
clavado en una cruz y escarnecido,
muéveme ver tu cuerpo tan herido,
muévenme tus afrentas y tu muerte.


Muéveme, en fin, tu amor, y en tal manera,
que aunque no hubiera cielo, yo te amara,
y aunque no hubiera infierno, te temiera.


No me tienes que dar porque te quiera,
pues aunque lo que espero no esperara,
lo mismo que te quiero te quisiera.


AHORA EN FORMA DE ORACION HAZLO TU CON TU VOZ Y CORAZÓN

EL ESPIRITU DE DIOS ESTA AQUI

ALIANZA DE AMOR - LA SABANA SANTA DE TURIN

ALIANZA DE AMOR - HERMANA GLENDA

martes, 17 de marzo de 2009

NADIE TE AMA COMO YO

SOLAMENTE LA ORACION... PASION

SI CONOCIERAS EL AMOR DE DIOS - HERMANA GLENDA

ATENTADO CONTRA BENEDICTO XVI

ELECCION BENEDICTO XVI

BENEDICTO XVI

JUAN PABLO II 1920 - 2005

HASTA SIEMPRE JUAN PABLO II

ATENTADO CONTRA EL PAPA JUAN PABLO II

JUAN PABLO II EN EL PERU

PATER NOSTER

ELECCION JUAN PABLO II

JUAN PABLO II PESCADOR

NOTAS DE LA IGLESIA CATOLICA II

NOTAS DE LA IGLESIA CATOLICA

CICLO LITURGICO II

CICLO LITURGICO PARTE I

PAPA NO ME PEGUES

NO TE METAS EN MI VIDA

domingo, 15 de marzo de 2009

LITURGIA


El término liturgia es una palabra griega compuesta de dos acepciones: "ergos", que significa obra y "leiton" que significa pueblo (adjetivo derivado de leos/laos = pueblo). Por lo tanto en un primer significado la liturgia era una obra pública.

Se interpretaba como una serie de servicios que se prestaba a los ciudadanos de forma gratuíta y onerosa. No obstante, si nos atenemos a su traducción greco-alejandrina (leiturghía), hacia referencia al culto que realizaban los sacerdotes y levitas en nombre del pueblo.

El término liturgia no aparece mucho en el Nuevo Testamento, y este poco uso parece ser que era debido a la que la traducción cristiana del término no lo encontraba lo suficientemente significativo para expresar toda la riqueza del culto cristiano. Con los humanistas del occidente cristiano se empieza a utilizar este término con mucha mayor frecuencia.

Hasta entonces se habían utilizado términos de la más diversa índole para expresar significados similares: actio, officium, sacramentum, celebratio, sacrum, etc. A partir del siglo XVIII liturgia se empieza a utilizar como sinónimo del "culto divino". La liturgia pasa a ser sinónimo de celebración religiosa.

Al igual que otras celebraciones civiles, la liturgia cuenta con sus propios elementos y simbologías especiales para desarrollar de forma correcta este culto, según suelen marcar las pautas de la Iglesia.

Estas ceremonias religiosas, y celebraciones litúrgicas, tienen como finalidad el culto a Cristo, quien está presente y actuante en todas estas manifestaciones. Para los creyentes es la figura más importante de la ceremonia (al igual que para un acto civil pueda ser el Rey o la Reina).

Sin entrar en demasiadas consideraciones religiosas la estructura de la liturgia suele tener dos partes bien diferenciadas: lecturas y homilías (liturgia de la palabra) y ritos sacramentales (liturgia del sacramento).

En conclusión la liturgia es la celebración conmemorativa secuencial y temporal de la historia de la salvación y en especial de la vida, pasión muerte y resurrección de nuestro Señor Jesucristo. Celebración que es realizada por el pueblo de Dios

miércoles, 11 de marzo de 2009

MENSAJE POR CUARESMA DEL PAPA BENEDICTO XVI PARTE I




¡Queridos hermanos y hermanas!
Al comenzar la Cuaresma, un tiempo que constituye un camino de preparación espiritual más intenso, la Liturgia nos vuelve a proponer tres prácticas penitenciales a las que la tradición bíblica cristiana confiere un gran valor —la oración, el ayuno y la limosna— para disponernos a celebrar mejor la Pascua y, de este modo, hacer experiencia del poder de Dios que, como escucharemos en la Vigilia pascual, “ahuyenta los pecados, lava las culpas, devuelve la inocencia a los caídos, la alegría a los tristes, expulsa el odio, trae la concordia, doblega a los poderosos” (Pregón pascual).






En mi acostumbrado Mensaje cuaresmal, este año deseo detenerme a reflexionar especialmente sobre el valor y el sentido del ayuno. En efecto, la Cuaresma nos recuerda los cuarenta días de ayuno que el Señor vivió en el desierto antes de emprender su misión pública. Leemos en el Evangelio: “Jesús fue llevado por el Espíritu al desierto para ser tentado por el diablo.





Y después de hacer un ayuno durante cuarenta días y cuarenta noches, al fin sintió hambre” (Mt 4,1-2). Al igual que Moisés antes de recibir las Tablas de la Ley (cfr. Ex 34, 8), o que Elías antes de encontrar al Señor en el monte Horeb (cfr. 1R 19,8), Jesús orando y ayunando se preparó a su misión, cuyo inicio fue un duro enfrentamiento con el tentador.



Podemos preguntarnos qué valor y qué sentido tiene para nosotros, los cristianos, privarnos de algo que en sí mismo sería bueno y útil para nuestro sustento. Las Sagradas Escrituras y toda la tradición cristiana enseñan que el ayuno es una gran ayuda para evitar el pecado y todo lo que induce a él. Por esto, en la historia de la salvación encontramos en más de una ocasión la invitación a ayunar. Ya en las primeras páginas de la Sagrada Escritura el Señor impone al hombre que se abstenga de consumir el fruto prohibido: “De cualquier árbol del jardín puedes comer, mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás, porque el día que comieres de él, morirás sin remedio” (Gn 2, 16-17). Comentando la orden divina, San Basilio observa que “el ayuno ya existía en el paraíso”, y “la primera orden en este sentido fue dada a Adán”. Por lo tanto, concluye: “El ‘no debes comer’ es, pues, la ley del ayuno y de la abstinencia” (cfr. Sermo de jejunio: PG 31, 163, 98). Puesto que el pecado y sus consecuencias nos oprimen a todos, el ayuno se nos ofrece como un medio para recuperar la amistad con el Señor. Es lo que hizo Esdras antes de su viaje de vuelta desde el exilio a la Tierra Prometida, invitando al pueblo reunido a ayunar “para humillarnos —dijo— delante de nuestro Dios” (8,21).





El Todopoderoso escuchó su oración y aseguró su favor y su protección. Lo mismo hicieron los habitantes de Nínive que, sensibles al llamamiento de Jonás a que se arrepintieran, proclamaron, como testimonio de su sinceridad, un ayuno diciendo: “A ver si Dios se arrepiente y se compadece, se aplaca el ardor de su ira y no perecemos” (3,9). También en esa ocasión Dios vio sus obras y les perdonó.

EL RELOJERO


De esto hace mucho tiempo. Época en la que todavía todo oficio era un arte y una herencia. El hijo aprendía de su padre, lo que éste había sabido por su abuelo. El trabajo heredado terminaba por dar un apellido a la familia. Existían así los Herrero, los Barrero, la familia de Tejedor, etcétera.

Bueno, en aquella época y en un pueblito perdido en la montaña, pasaba más o menos lo mismo que sucedía en todas las otras poblaciones. Las necesidades de la gente eran satisfechas por las diferentes familias que con sus oficios heredados se preocupaban de solucionar todos los problemas. Cada día, el aguatero con su familia traía desde el río cercano toda el agua que el pueblito necesitaba. El cantero hacía lo mismo con respecto a las piedras y lajas necesarias para la construcción o reparación de las viviendas. El panadero se ocupaba con los suyos de amasar la harina y hornear el pan que se consumiría. Y así pasaba con el carnicero, el zapatero, el relojero. Cada uno se sentía útil y necesario al aportar lo suyo a las necesidades comunes. Nadie se sentía más que los otros, porque todos eran necesarios.

Pero un día algo vino a turbar la tranquila vida de los pobladores de aquella aldea perdida en la montaña. En un amanecer se sintió a lo lejos el clarín del heraldo que hacía de postillón o correo. El retumbo de los cascos de caballo se fue acercando y finalmente se lo vio doblar la calle que daba entrada al pueblito: un caballo sudoroso que fue frenado justo delante de la puerta de la casa del relojero. El heraldo le entregó un grueso sobre que traía noticias de la capital. Toda la gente se mantuvo a la expectativa a la puerta de sus casas a fin de conocer la importante noticia que seguramente se sabría de un momento al otro.

Y así fue efectivamente. Pronto corrió por todo el pueblo la voz de que desde la capital lo llamaban al relojero para que se hiciera cargo de una enorme herencia que un pariente le había legado. Toda la población quedó consternada. El pueblito se quedaría sin relojero. Todos se sintieron turbados frente a la idea de que desde aquel día, algo faltaría al irse quien se ocupaba de atender los relojes con los que podían conocer la hora exacta.

Al día siguiente una pesada carreta cargada con todas las pertenencias de la familia, cruzaba lentamente el poblado, alejándose quizás para siempre rumbo a la ciudad capital. En ella se marchaba el relojero con toda su gente: el viejo abuelo y los hijos pequeños. Nadie quedaba en el lugar que pudiera entender de relojes.

La gente se sintió huérfana, y comenzó a mirar ansiosamente y a cada rato el reloj de la torre de la Iglesia. Otro tanto hacía cada uno con su propio reloj de bolsillo. Con el pasar de los días el sentimiento comenzó a cambiar. El relojero se había ido y nada había cambiado. Todo seguía en plena normalidad. El aparato de la torre y los de cada uno seguía rítmicamente funcionando y dando la hora sin contratiempo alguno.

-¡Caramba!- se decía la gente. Nos hemos asustado de gusto. Después de todo, el relojero no era una persona indispensable entre nosotros. Se ha marchado y todo sigue en orden y bien como cuando él estaba aquí. Otra cosa muy distinta hubiera sido sin el panadero. No había porqué preocuparse. Bien se podía vivir sin el ausente.

Y los días fueron pasando, haciéndose meses. De pronto a alguien se le cayó el reloj, y aunque al sacudirlo comenzó a funcionar, desde ese día su manera de señalar la hora ya no era de fiar. Adelantaba o atrasaba sin motivo aparente. Fue inútil sacudirlo o darle cuerda. La cosa no parecía tener solución. De manera que el propietario del aparato decidió guardarlo en su mesita de luz, y bien pronto lo olvidó al ir amontonando sobre él otras cosas que también iban a para al mismo lugar de descanso.

Y lo que le pasó a esta persona, le fue sucediendo más o menos al resto de los pobladores. En pocos años todos los relojes, por una causa o por otra, dejaron de funcionar normalmente, y con ello ya no fueron de fiar. Recién entonces se comenzó a notar la ausencia del relojero. Pero era inútil lamentarlo. Ya n estaba, y esto sucedía desde hacía varios años. Por ello cada uno guardó su reloj en el cajón de la mesa de luz, y poco a poco lo fue olvidando y arrinconando.

Digo mal al decir que todos hacían esto. Porque hubo alguien que obró de una manera extraña. Su reloj también se descompuso. Dejó de marcar la hora correcta, y ya fue poco menos que inútil. Pero esta persona tenía cariño por aquel objeto que recibiera de sus antepasados, y que lo acompañara cada día con sus exigencias de darle cuerda por la noche, y de marcarle el ritmo de las horas durante la jornada. Por ello no lo abandonó al olvido de las cosas inútiles. Cierto: no le servía de gran cosa. Pero lo mismo, cada noche, antes de acostarse cumplía con el rito de sacar el reloj del cajón, para darle fielmente cuerda a fin de que se mantuviera funcionando. Le corregía la hora más o menos intuitivamente recordando las últimas campanadas del reloj de la iglesia. Luego lo volvía a guardar hasta la noche siguiente en que repetía religiosamente el gesto.

Un buen día, la población fue nuevamente sacudida por una noticia. ¡Retornaba el relojero! Se armó un enorme revuelo. Cada uno comenzó a buscar ansiosamente entre sus cosas olvidadas el reloj abandonado por inútil a fin de hacerlo llegar lo antes posible al que podría arreglárselo. En esta búsqueda aparecieron cartas no contestadas, facturas no pagadas, junto al reloj ya medio oxidado.

Fue inútil. Los viejos engranajes tanto tiempo olvidados, estaban trabados por el óxido y el aceite endurecido. Apenas puestos en funcionamiento, comenzaron a descomponerse nuevamente: a uno se le quebraba la cuerda, a otro se le rompía un eje, al de más allá se le partía un engranaje. No había compostura posible para objetos tanto tiempo detenidos. Se habían definitiva e irremediablemente deteriorado.

Solamente uno de los relojes pudo ser reparado con relativa facilidad. El que se había mantenido en funcionamiento aunque no marcara correctamente la hora. La fidelidad de su dueño que cada noche le diera cuerda, había mantenido su maquinaria lubricada y en buen estado. Bastó con enderezarle el eje torcido y colocar sus piezas en la posición debida, y todo volvió a andar como en sus mejores tiempos.

La fidelidad a un cariño había hecho superar la utilidad, y había mantenido la realidad en espera de tiempos mejores. Ello había posibilitado la recuperación.

La oración pertenece a este tipo de realidades. Tiene mucho de herencia, poco de utilidad a corta distancia, necesidad de fidelidad constante, y capacidad de recuperación plena cuando regrese el relojero.


Lectura
Realizar la lectura del cuento en grupo. Es importante que todos los presentes tengan una copia del texto. Se pueden ir turnando dos o tres personas para leer el cuento en voz alta.

Rumiando el relato
Al terminar la lectura entre todo el grupo se reconstruye el relato en forma oral (se lo vuelve a contar).
¿Qué sucede en el relato?
¿Qué pasa cuando el relojero se marcha?
¿Cómo actuaron las personas ante la falta del relojero?
¿Qué sucedió al regreso del relojero?

Descubriendo el mensaje
Hacia el final del cuento se compara la oración con la actitud de la persona que había mantenido funcionando su reloj, ¿por qué?
Releer el último párrafo del cuento, compartir las características de la oración que allí se mencionan, ¿qué pensamos? ¿cuál es nuestra experiencia?
¿Qué lugar ocupa la oración en nuestra vida? Compartir cómo oramos, de qué manera, cuándo…

Compromiso para la vida
Sintetizar en una frase el mensaje del cuento para nuestra vida.

Para terminar: la oración en común
Leer entre todos la oración y luego poner en común las intenciones de cada uno.
Terminar con una canción.



Fidelidad y espera

Padre Bueno,
enséñanos a orar.
Necesitamos fuerzas
para caminar en la esperanza.
Necesitamos fuerzas
para vivir en la fidelidad.
Tú nos escuchas siempre
ayúdanos a escuchar tu voz.
- Que así sea
-


ESCRITO POR: Mamerto Menapace, osb
Monasterio Santa María de Los Toldos

MEDITACIONES DE MADRE TERESA


Esta meditación fue encontrada en una página escrita a mano en la habitación de la Madre Teresa


Las personas son la mayoría del tiempo irrazonables, ilógicas y egoístas;
Perdónalas de todos modos.

Si eres bondadoso la gente te acusará de tener un motivo escondido y egoísta;
Sé bondadoso de todos modos.

Si tienes éxito ganarás algunos amigos y algunos verdaderos enemigos;
Sé exitoso de todos modos.

Si eres honesto y sincero la gente te estafará;
Sé honesto y sincero de todos modos.

Lo que te ha tomado años en construir, alguien pudiera destruir en un momento;
Construye de todos modos.

Si encuentras tranquilidad y felicidad, otros se sentirán celosos de ti;
Sé feliz de todos modos.

Lo bueno que hagas hoy, la gente lo olvidará mañana;
Haz el bien de todos modos.

Dale al mundo lo mejor de ti, nunca va a ser suficiente;
Da lo mejor de ti de todos modos.

Porque en el análisis final, es entre tú y Dios;
Nunca fue entre tú y ellos de todos modos.