Felipe Guamán Poma de Ayala (1530-1616), Nació en San Cristóbal de Suntunto, en la actualidad se denomina SONDONDO, Distrito de Cabana Sur, Provincia de Lucanas, Departamento de Ayacucho - Perú.
Felipe Guamán Poma de Ayala, fue descendiente de una noble familia, su padre Martín Guamán Mallqui y su madre Juana Chuquitanta llamada Curi Ocllo, (descendiente de Túpac Yupanqui)
Encomendero español y
luego fraile dominico, cronista, filósofo, teólogo, jurista, obispo de Chiapas
en el Virreinato de Nueva España, escritor y principal apologista de los
indígenas siendo el «Procurador o protector universal de todos los indios de
las Indias» hispánicas.
Luis de León nació en Belmonte, provincia de Cuenca (España), de familia rica e influyente; su padre ejerció como abogado y más tarde como juez, siendo tíos suyos catedrático de derecho canónico el uno y abogado en la corte real el otro. Entre sus antepasados contábanse algunos conversos, es decir, judíos que se habían convertido, de buen o mal grado, a la fe católica. Hacia 1541 ó 1542 Luis ingresa en la orden de los agustinos, doctorándose más tarde en teología. Entre sus profesores estuvieron Melchor Cano y Domingo de Soto. En 1561 compite por una cátedra vacante de teología en Salamanca, ganando el puesto al desplegar su enorme talento.
En marzo de 1572 fue detenido por la Inquisición y encarcelado en los calabozos que en Valladolid tenía el Santo Oficio. Los cargos que había contra él tenían que ver con su predilección por la Biblia hebraica en lugar de la Vulgata y la traducción al castellano que había realizado del libro del Cantar de los Cantares. En una época en la que en España se vive una auténtica caza de brujas ante las temidas desviaciones de los protestantes y otros grupos heréticos, es fácil que un personaje con los antecedentes y características de fray Luis sea punto de mira del terrible tribunal. Añádase a esto las envidias y rivalidades existentes entre dominicos y agustinos, unido a la inteligencia de fray Luis, y tendremos todos los ingredientes necesarios para que caiga bajo sospecha. El proceso de la Inquisición contra fray Luis ha llegado hasta nosotros y aquí van algunas frases de los cargos que se le imputaban: 'En la ciudad de Salamanca a diez y siete días del mes de diciembre de mill e quinientos e setenta e un años, ante el muy magnífico e muy Rdo. señor maestro Francisco Sancho, comisario deste Santo Oficio... paresció siendo llamado el muy reverendo padre fray Bartolomé de Medina, maestro en santa theologia, en la Universidad de Salamanca... y entre las cosas que testificó en su dicho, dijo e declaró contra el maestro fray Luis de León lo siguiente... Item declaró que sabe anda en lengua vulgar el libro de los Cánticos de Salomón, compuesto por el muy Rdo. padre maestro fray Luis de León, porque lo ha leído este declarante. Item declaró que en esta Universidad algunos maestros, señaladamente Grajal y Martínez, y fray Luis de León, en sus paresceres y disputas quitan alguna autoridad a la edición de la Vulgata, diciendo que se puede hacer otra mejor y que tiene hartas falsedades...'
Durante cinco años fray Luis permanece aislado en una celda de la Inquisición sin saber quién le acusa y, durante algún tiempo, de qué se le acusa. No obstante, será en la cárcel donde escribirá algunos de sus mejores y más famosos poemas, como aquel que comienza:
Aquí la envidia y la mentira me tuvieron encerrado. Dichoso el humilde estado del sabio que se retira de aqueste mundo malvado, y con pobre mesa y casa en el campo deleitoso con sólo Dios se compasa, y a solas su vida pasa, ni envidiado ni envidioso.
Sin embargo, en 1576 sale libre del proceso con más vigor y energía moral que antes, si bien su salud queda quebrantada. Famosa se ha hecho la frase de su vuelta a la cátedra de Salamanca con aquel: 'Decíamos ayer...' que indica su triunfo interior contra la maldad de sus enemigos.
Tras obtener la cátedra de Sagrada Escritura en 1580 y ser elegido provincial de su orden en Castilla muere en Madrigal de las Altas Torres. La labor de traducción bíblica de fray Luis se centra en el Cantar de los Cantares, como ya hemos dicho, pero también en el libro de Job y en algunos Salmos. Nótese que son todo libros sapienciales y compuestos en su forma original en poesía. Aquí es donde se aprecia el alma a la vez poética y espiritual de fray Luis, que es un enamorado de la Sagrada Escritura y de la poesía. Con su conocimiento del hebreo, fray Luis explora el campo semántico de las palabras para verter al castellano el espíritu original de los textos antiguos. Su intención es facilitar el conocimiento de los textos sagrados con el deseo de alcanzar "el bien de los demás y la verdad pura". La fidelidad al texto hebreo en su traducción la describe así en el prólogo: "Lo que yo hago en esto son dos cosas: la una es volver en nuestra lengua, palabra por palabra, el texto de este libro; en la segunda declaro con brevedad no cada palabra por sí, sino los pasos donde se ofrece alguna oscuridad en la letra, a fin que quede claro su sentido así en la corteza y sobrehaz, poniendo al principio el capítulo todo entero, y después de él su declaración. Acerca de lo primero procuré conformarme cuanto pude con el original hebreo, cotejando juntamente todas las traducciones griegas y latinas que de él hay, que son muchas, y pretendí que respondiese esta interpretación con el original, no sólo en las sentencias y palabras, sino aun en el concierto y aire de ellas, imitando sus figuras y maneras de hablar cuanto es posible a nuestra lengua, que, a la verdad, responde con la hebrea en muchas cosas."
La Ilíada (en griego antiguo Ἰλιάς: Iliás; en griego
modernoΙλιάδα: Iliáda) es una epopeya griega y el poema más antiguo escrito de
la literatura europea. Se atribuye tradicionalmente a Homero. Compuesta en
hexámetrosdactílicos, consta de 15 693 versos (divididos por los editores, ya
en la antigüedad, en 24 cantos o rapsodias) y su trama radica en la cólera de
Aquiles (μῆνις, mênis).1Narra los acontecimientos ocurridos durante 51 días en
el décimo y último año de la guerra de Troya. El título de la obra deriva del
nombre griego de Troya, Ιlión.
Tanto la Ilíada como la Odisea fueron consideradas por los griegos
de la época clásica y por las generaciones posteriores como las composiciones
más importantes en la literatura de la Antigua Grecia y fueron utilizadas como
fundamentos de la pedagogía griega. Ambas forman parte de una serie más amplia
de poemas épicos de diferentes autores y extensiones denominado ciclo troyano;
sin embargo, de los otros poemas, únicamente han sobrevivido fragmentos. Fue
muy famosa en su época y es obligatorio estudiarla en Grecia.
La oración es el constituyente sintáctico independiente
más pequeño capaz de informar o expresar por medio de un idioma la realización
de un enunciado, esto es, revelar con palabras el contenido de una proposición
lógica, un mandato, una petición, una pregunta o, en general, un acto ilocutivo
o de habla que incluya algún tipo de predicado o desarrollo sintáctico
estructurado y completo, como por ejemplo en “Ese profesor ha enseñado bien la
gramática a sus alumnos”. Se efectúa en un contexto y situación determinados y,
con frecuencia, con el apoyo de otros códigos de signos no lingüísticos
concurrentes, como los gestos.
SEGÚN LA FONOLOGÍA, las oraciones están delimitadas
prosódicamente por pausas y una entonación determinada. La pausa inicial suele
señalarse en la escritura con una mayúscula y, la final, con un punto o, más
raramente, con coma o punto y coma.
Se diferencia de las frases en su completitud descriptiva
y en que poseen estructura compleja o analítica, ya que expresiones como
¡alto!, buenos días, sí, no y las llamadas proformas poseen un sentido
completo, pero no pueden denominarse oraciones a causa de su estructura
simplificada o sintética o de su carácter sustitutorio.
CLASIFICACIÓN DE LAS ORACIONES
CRITERIOS SINTÁCTICOS
La gramática tradicional trata las oraciones desde un
punto de vista de componentes inmediatos y distingue en primer lugar entre
oraciones simples y oraciones complejas o compuestas.
Oraciones
simples: Son aquellas en las que hay un solo verbo núcleo del predicado:
"A Carlos le gusta el fútbol"
Oraciones
compuestas: son aquellas en las que hay más de un verbo
núcleo de predicado, por lo que dos o más oraciones forman una más grande; por
ejemplo: A Carlos le gusta el fútbol, pero a María solo le gusta el cricket. Se
distinguen tres clases:
Oraciones
coordinadas: Aquellas que son intercambiables de posición
sin que el significado global se altere en lo más mínimo: "María plancha y
Pedro barre" = " Pedro barre y María plancha". "María
plancha, pero Pedro barre" = "Pedro barre, pero María plancha".
"¿Vienes o te quedas? = ¿Te quedas o vienes?"
Oraciones
compuestas coordinadas copulativas (que no deben ser
confundidas con las oraciones simples copulativas o atributivas). Son aquellas
que suman sus significados para formar uno mayor: "El día era soleado y no
había nubes apenas"
Oraciones
compuestas coordinadas adversativas: aquellas que van precedidas
por una conjunción adversativa (pero, sino, aunque, no obstante, mas, sino
que). Contradicen el significado de la oración a la que se unen por la
susodicha conjunción. (Ej.: "Llueve, pero no me mojo").
Oraciones
compuestas coordinadas disyuntivas: aquellas que van precedidas
por una conjunción disyuntiva (o, u). Expresan alternativas u opciones:
"¿Vienes o te quedas?" "Iré al cine o me quedaré en casa"
Oraciones yuxtapuestas: Aquellas que no se unen por nexo
alguno, sino por algún signo de puntuación: "Era muy tarde. Nos
fuimos."
Oraciones
subordinadas: Aquellas oraciones que hacen parte de otra
principal y desempeñan en ella la función que realiza otra palabra, ya sea de
sustantivo (subordinadas sustantivas), adjetivo (subordinadas adjetivas) o
adverbio (subordinadas adverbiales).
Tradicionalmente, estas oraciones se han denominado
subordinadas y principal a la oración de la que forma parte. Las oraciones
subordinadas carecen, por sí solas de significación y se ligan a las
principales mediante conjunciones subordinantes.
Este enfoque difiere grandemente de los enfoques más
formales, y en cierto modo más aplicables a la generalidad de lenguas del
mundo. En estos enfoques lo más importante no es la cualidad de los elementos
de unión en las oraciones compuestas sino el tipo de estructura jerárquica que
se da entre las diversas partes de dicha oración.
SEGÚN LA DIVISIBILIDAD
Dentro del enfoque funcionalista las oraciones se
clasifican en:
ORACIONES UNIMEMBRES
Se llaman a veces también predicados directos y no se
pueden dividir en sujeto-predicado, sino que tienen su propia categorización
según el tipo de información que comunican. Las interjecciones, las
exclamaciones, los vocativos, las respuestas a preguntas o los imperativos
desnudos son oraciones unimembres por ejemplo. En cambio en el análisis
generativista este tipo de actos de habla no se considera que tengan estructura
sintáctica.
ORACIONES BIMEMBRES
Son aquellas que poseen dos miembros (o constituyentes
sintácticos) y por lo tanto, pueden ser analizadas estructuralmente según sus
partes. Se reconocen dos grandes grupos:
Oraciones
bimembres averbales: no poseen verbos conjugados —los verboides,
o «tiempos no personales del verbo» (gerundio, participio e infinitivo) no son
parte del paradigma de conjugación— y se componen de dos partes: el soporte y
el aporte. Desde un punto de vista generativo son oraciones que no tienen
estructura de sintagma de tiempo. Algunos ejemplos:
«Robin Williams, premiado por la Academia».¨
«Flor Violeta, la más hermosa del mundo».
«La selección de fútbol, muy cerca del triunfo».
«En
peligro víctimas de choque».
Oraciones
bimembres verbales: en cierto modo este es el prototipo de
oración, con un verbo flexionado según el tiempo. Tradicionalmente se
consideran formadas por un sujeto y un predicado; o según el análisis
generativo son un sintagma de tiempo con el sujeto ocupando la posición de
especificador del mismo y el verbo flexionado la posición de núcleo oracional.
ORACIONES SEGÚN LA FORMA DEL SUJETO
Según el tipo de sintagma nominal que hace de sujeto las
oraciones se pueden clasificar en:
Oraciones
personales explícitas, en las que existe un sintagma nominal
fonéticamente realizado que es sujeto de la oración.
Oraciones
personales implícitas o elípticas. En la que no aparece ningún
sujeto explícitamente, y se analizan comúnmente como casos de sujeto elíptico.
Oraciones
impersonales, en las que no existe sujeto explícito ni
implícito. Normalmente se refiere a oraciones que expresan situaciones
atmosféricas (llueve, hace frío, ...), existenciales (hay comida), para las que
no existe un referente que pudiera ser interpretado como sujeto semántico de la
oración. Y las impersonales (pseudo)reflejas del tipo aquí se vive bien tiene
sujeto...
ORACIONES SEGÚN LA COMPLEJIDAD DEL PREDICADO
Según la forma del sintagma verbal o en particular el
número de verbos flexionados las oraciones se pueden clasificar en simples o
compuestas:
Oraciones
simples, tradicionalmente analizadas como formadas por un único
predicado. Desde el punto de vista generativa contienen un único núcleo de
inflexión o de tiempo.
Oraciones
compuestas, en las que existe más de un verbo conjugado, y en las
que por tanto alguno de los constituyentes sintácticos, es una oración
subordinada o sintagma temporal que a su vez es parte del sintagma temporal
mayor que constituye la oración compuesta completa.
Una
oración subordinada (o secundaria) es una oración que depende de
la proposición principal. Es decir, la oración subordinada es una oración que
es a su vez un constituyente sintáctico de otro sintagma que no es oración. Y
por tanto, la oración subordinada no tiene una autonomía sintáctica (si es
considerada sola) y es “subordinada” por otra, siendo locuciones adverbiales o
conjunciones. La oración subordinada puede ser explícita (verbo conjugado en un
modo definido) o implícita (el verbo está conjugado en un modo indefinido).
ORACIONES SEGÚN LA FUERZA ILOCUTIVA
Enunciativas o declarativas, a las que en general puede
dotárseles de un valor de verdad y que a su vez se dividen —según contengan
elementos de negación o no— en afirmativas y negativas.
Exhortativas
o imperativas, que en general no tienen un valor de verdad
asignable ya que no reflejan un estado de hechos. Las oraciones exhortativas
también se conocen como oraciones imperativas. Este tipo de oraciones expresan
un consejo, ruego, mandato o prohibición. Los indicadores de la modalidad en
este tipo de oraciones es el uso de las formas verbales en imperativo y en
subjuntivo. Un ejemplo de esta oración es: “¡Escuchad esta noticia!”.
Exclamativas,
tampoco tienen un valor de verdad y tienen una finalidad expresiva, y en
lenguas indoeuropeas frecuentemente son introducidas por un complementador. El
hablante suele expresar sus sentimientos de alegría, dolor, admiración,
sorpresa,etc... es decir, expresa afectividad, manifiestan una emoción. El
indicador de modalidad que interviene en estos tipos de oraciones es la
entonación. Esta nos ayuda a distinguir la oración exclamativa del resto de
oraciones. Siempre va con signos de exclamación, por ejemplo: “¡Qué bonito día
hizo ayer!”.
Interrogativas,
las oraciones interrogativas no tienen valor de verdad sino que sirven para
pedir información. En las lenguas indoeuropeas es frecuente que empiecen con un
interrogativo de tipo pronominal dislocado al principio de la frase e inviertan
el orden del sujeto y el verbo (¿Qué está diciendo ese hombre en voz alta?).
Algunas oraciones interrogativas (de respuesta sí/no) no tienen palabra
interrogativa al principio pero sí tienen inversión (¿Ya sabe Pedro lo que ha
pasado?). Para verlo se explicitan los diagramas sintácticos propuestos para
las oraciones (a) y (b):
(a) Juan devolvió el libro
(b) ¿Devolvió Juan el libro?
Dubitativas,
estas oraciones expresan una suposición o probabilidad. Los indicadores de modalidad
de estas oraciones son el uso de los verbos en futuro de indicativo o en
condicional. Un ejemplo de este tipo de oraciones: Sería una chica muy
tranquila.
Optativa
o desiderativa: Las oraciones optativas también se pueden
llamar desiderativas. Expresan un deseo y a veces se pueden pronunciar en forma
exclamativa. Los indicadores de la modalidad que podemos identificar en este
tipo de oraciones es el uso de los tiempos verbales en subjuntivo. También es
habitual utilizar la interjección “OJALÁ” como otro indicador de la modalidad.
Un ejemplo de oración optativa es: “¡Ojalá eso que me han contado no sea
verdad!